Te sigo buscando

Este es el depósito de preguntas y contradicciones del día. Escribo la revolución de mi cabeza y mi alma. Estoy en medio de un caos que me grita que debo volver a un lugar en el que nunca tuve espacio, seguridad y con muchas dudas aún de si fue real el amor.

Hoy encontré su correo (es obvio que lo busqué, uno no se topa con un correo de la nada). Bah, voy de nuevo, busqué su correo porque necesitaba leer una vez más las últimas palabras que escribió, soltar lágrimas recordando esa última vez, ¡qué ganas de hacerme la noche complicada llena de llanto y nostalgia!.

Dejando a un lado mis ganas de revolver el pasado y llorar, ¿qué buscaba? ¿Qué busco? ¿Recordar? ¿Respuestas? ¿A él? Me voy por la última, y lo admito con las lágrimas bloqueadas por el ego. Lo busco, pero ¿cómo lo voy a encontrar allí? Juro que me quiero arrancar la cabeza, sé que esto no lleva a ningún lugar, y voy de nuevo ¿a qué lugar quiero ir?

¿Está mal querer volver? ¿Y si hay algo más? ¿Y si hay una oportunidad más? ¿Y si tenemos que intentarlo? ¿Y si tengo que dejar de pensar en cómo podría ser y hablar con mi analista? Creo que también voy por la última.

Puedo hacer todo lo que esté en mis manos para borrar las justificaciones y seguir adelante. También puedo ir a terapia y darle mil vueltas, pero parece que no encontraré la forma de que, de repente, quiera correr a buscarte y decirte: «Estoy muy bien, me siento tranquila, abrazo mi soledad, pero quiero, sin dudas, ir de tu mano con todo esto».

No quiero seguir en medio de risas, amor y orgullo, sin poder llegar en la noche a compartirlo. No tengo dudas de que quiero despertarme y saber que está allí, para mí, y yo estoy para él, que nos acompañamos. Una vez más, vuelvo a creer que puede ser.

Una vez más, me debo ir porque la idealización no termina aquí y yo no quiero darle más vuelo.

– Ray Tarazona – 

Deja un comentario